La vibración es una fuerza primaria del Universo, toda la materia y energía está en continuo movimiento y vibra con una frecuencia definida y específica, llamada frecuencia resonante o resonancia.
En el ser humano, cuando las frecuencias de todos los elementos que lo componen, materiales y energéticos, se encuentran en armonía, la persona se halla en un estado de salud. El desbalance en las frecuencias corporales puede ocasionar propensión a diferentes estados de ánimo desde la depresión hasta la locura y por lo tanto a enfermedades.
Balanceando las frecuencias energéticas del cuerpo, se induce un proceso natural de prevención a las enfermedades e incluso de curación en el plano físico así como de tranquilidad en el psíquico.
Los sonidos con frecuencias específicas emitidos por la voz, instrumentos musicales o aparatos electromecánicos (como el SicoTelefrón) pueden utilizarse para balancear las frecuencias corporales.
El sonido tiene un importante efecto sobre los parámetros fisiológicos y psicológicos de los individuos. Entre otros: ecualizar las ondas cerebrales, incrementar la profundidad de la respiración, disminuir la frecuencia cardiaca y el pulso, la presión sanguínea y la tensión muscular, aumentar la temperatura corporal, la circulación y la producción de endorfinas, reforzar la función inmunológica, mejorar la memoria y la capacidad de aprendizaje, mejorar la resistencia y productividad, la digestión. Adicionalmente reduce la propensión a la depresión y refuerza el pensamiento positivo y el sentido de satisfacción.